20110607

Publicación Metacognitiva




La narración ha sido utilizada desde siempre en nuestras escuelas, sin embargo, no ha sido explotada en toda su magnitud.
Pensar en que la historia puede ser narrada a partir del desarrollo historiográfico  actual, alienta a que voces variadas y diversas  puedan ser escuchadas en las escuelas.                   .

        La narración permite un discurso más pegado a la vida, a las vivencias, a la experiencia. También abriga con naturalidad a pensamientos, sentimientos y deseos. Esto supone un desafío a los modos de enseñar historia porque pone en cuestión a las clases repletas de conceptos y procedimientos ajenos y distantes y porque invita a hacer escuchar la voz de los maestros y profesores y la de los propios alumnos junto a las ideas que aportan los historiadores.
La narración alienta a dar puntos de vista, a expresar ideas, a contrastar las de los autores que nos plantean la historia desde  su muy particular punto de vista o intereses personales e ideológicos.

           En este sentido, se puede concebir a la escuela como un escenario privilegiado donde se produce un doble juego narrativo y de pensamiento. La escuela puede ser el lugar para dejar correr y reconocer el relato de quienes asisten a ella y, a la vez, ser el lugar de transmisión cultural, es decir, el lugar donde los alumnos enlazan su propia historia con la cultura, donde dan sentido a su ensayo en el mundo y se configuran como futuros hacedores de su existencia y su humanidad.
Profra Rosa Isela Mar Sánchez.

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